1. CUÁNDO SACAR EL PAÑAL
Por norma general se tiene la edad de 24 meses como referencia para quitarle los pañales a un niño. Esto se debe a que a esta edad finaliza el proceso de maduración del Sistema Nervioso Central, por lo que el niño comienza a poder controlar la musculatura que rodea la vejiga e intestinos.
Además de este dato tan genérico influirán otros aspectos personales como la maduración individual, las relaciones familiares, el clima en casa,…

2. CÓMO SABER SI ESTÁ PREPARADO
Es importante que posea algo de lenguaje hablado, por lo menos las palabras pipí y caca. Así como un buen nivel de comprensión para que entienda lo que le vamos a pedir.
Otro indicio de un buen pronóstico es que el pañal permanezca seco varias horas seguidas en los días previos.
Si ha empezado a informarnos si tiene pipí o caca aunque ya se lo haya hecho en el pañal. O que al cambiarle y preguntarle qué ha hecho nos informe correctamente la mayoría de las veces.
Que empiece a diferenciar entre la sensación de mojado y sucio y sepa lo que ha hecho así como las sensaciones corporales previas a la micción y la defecación.
También es importante que sepa o practique en desvestirse, bajarse los pantalones, los calzoncillitos o braguitas,…

3. ASPECTOS A TENER EN CUENTA
Es importante que entendamos que se trata de una conducta natural que ahora debe ser sometida a unas reglas sociales. Esto es algo complicado para ellos que hasta ahora no habían tenido que hacer. Por tanto supone una adaptación social que el niño debe hacer, pero es importante que la realice voluntariamente.
Es decir, el niño siente que por una vez es una decisión que depende sólo de él y que los padres no pueden obligarle a realizar. Por tanto debemos siempre buscar su participación. El único motivo que le anima al niño a realizar el control es satisfacer a sus padres, por lo que si intuye demasiada importancia puede llegar a usarlo en contra de ellos.

Lo más importante que debemos tener en cuenta es que se trata de un aprendizaje y como tal necesitará tiempo y será precedido por errores y aciertos. E incluso una vez conseguido son muy comunes periodos de retroceso por situaciones particulares (llegada de un hermanito, celos, inicio de trabajo de la madre, cambios de domicilio, de cole,…)

4. CÓMO SACAR EL PAÑAL
Es importante que el momento no coincida con otro cambio importante en la vida del niño así como que no sea una época de muchas rabietas. Unos días antes de la fecha prevista, le hablaremos de lo que esperamos de él, le compraremos un orinal y le facilitaremos ocasiones en las que vea como otras personas hacen uso del baño.
Le quitaremos el pañal un fin de semana acordado previamente con la escuela. Se le quitará por la mañana y no se le vuelve a poner durante todo el día (excepto para la siesta y dormir). Es muy importante que esto se cumpla y no “marear” al niño con “Ahora llevas el pañal y ahora no”. Todas esas conductas entorpecen el aprendizaje y retrasan el control. Al principio le propondremos que se siente en el orinal de vez en cuando para ver si hace pipí, pero que no permanezca allí sentado más de 5 min. Deberemos animarle a ir al baño si vemos los indicios de que tiene necesidad o si sabemos que más o menos es su hora. Es normal que las primeras veces no haga siempre en el orinal, pero nuestra actitud será de tranquilidad, no dándole mucha importancia y animándole para la próxima vez. Le reforzaremos mucho siempre que lo haga bien.
En esos días deberemos ponerle ropa fácil para que sea capaz de desvestirse el sólo y no necesite esperar a que le desabrochen, pues un escape por esos motivos le desmotivarían si él había avisado. Nunca deberemos reñirle, ridiculizarlo, castigarlo, compararlo con hermanos…, insistimos, no hay que darle mucha importancia a los fallos.

5. CONSEJOS
El orinal debe estar siempre en el baño. No proporcionarle juguetes ni objetos distractores durante el tiempo que esté sentado en el orinal. Podremos acompañarlo las primeras veces. Educarle en el hábito de higiene que debe realizar como limpiarse, tirar de la cadena, lavarse las manos, o cambiarse de ropa, echarla al cubo de la ropa sucia,…